domingo, 27 de febrero de 2011

Cádiz, tierra de la libertad

Tres mil años de historia, ¡Oh mon amour! Tres mil años de libertad y todos tan “Molto conttenti”.

Un carnaval gaditano que año tras año a nadie deja indiferente, gracias a la libertad que lo abandera, y que los hombres nos empeñamos en maltratar a esa “libertad”, para justificar el supuesto daño que otros hacen a un concurso con demasiadas normas y reglas para que solo se cante en el Teatro Falla.



En primer lugar y partiendo de la base que soy cordobés, quiero aclarar antes que nada, que no formo parte ni represento al Coro de David Amaya Jiménez “Agüito” “Los mon amour” ni tampoco a la Comparsa de Miguel Amate “Los Molto Conttenti”. Ambas agrupaciones, descalificadas por una polémica norma que no permite participar a las agrupaciones en ningún concurso paralelamente, mientras dure su participación en el COAC (Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas).

Evidentemente, las normas están para cumplirlas y, afortunadamente, el COAC no es el Carnaval de Cádiz. Simplemente es un concurso donde quienes lo manejan, viendo la avalancha de agrupaciones que últimamente llegan a Cádiz, desde todo el país, con el objetivo de cumplir su sueño de cantar en el Gran Teatro Falla, se inventaron esta norma para obligar a los grupos que decidan si prefieren cantar en Cádiz o en su localidad. Una norma tan absurda como perjudicial para el propio concurso, porque este artículo solo perjudica a las agrupaciones con calidad que tiene posibilidades de pasar a cuartos, que es cuando se podría incumplir la norma, y no perjudica a la mayoría de agrupaciones que solo van a Cádiz a cumplir ese sueño, sabedores que no tienen posibilidad de pasar de ronda y que sin problema podrán concursar en su localidad.



Pues como decía anteriormente, las normas están para cumplirlas y cuando alguien se presenta a cualquier tipo de concurso, se supone que entiende y acepta las normas del juego. Me apuesto, y estoy totalmente convencido, que estas dos agrupaciones cordobesas, en ningún momento han querido “colársela” al jurado. Con su participación han querido demostrar que esta norma perjudica a un concurso que debe de crecer para bien y no para mal. A no ser que solo quieran participaciones gaditanas y no se quiera contar con el resto de provincias. Seguro que hay mejor manera para hacer una criba, donde los grupos que resten calidad al concurso, puedan participar. Pero siempre sin perjudicar a nadie.

Como buen amante del Carnaval de Cádiz y seguidor del COAC, jamás me imaginé escribiendo sobre este tema, pero anoche escuchando la actuación del Coro “Los mon amour” a través de la Cadena COPE de Cádiz, quedé tan indignado con los comentaristas que esta mañana no me he podido resistir expresar mi malestar e impotencia por como trataron a este grupo. Les faltó decir que eran unos delincuentes. No recuerdo los nombres de dichas personas, pero eran dos hombres en la unidad móvil  y una mujer entrevistando en el patio de butacas y en bambalinas. Se llegó a decir que para que venían a cantar si sabían que iban a ser descalificados, a lo que otro le respondió que era por salir en televisión y por las ondas para que en un futuro pudiesen ser contratados en distintos certámenes. La mujer que estaba en bambalinas, tuvo la oportunidad de hablar con uno de los componentes y este, le mostró que no entendían la norma pero que la acatarían sin ningún problema, pero que el malestar lo tenían, evidentemente, después de haberse ganado su pase a cuartos legalmente. Antes de interpretar el primer pasodoble, se había filtrado de qué trataría, y el tema, como no podía ser de otra manera, hablaba de la imposibilidad de poder actuar en los dos concursos. Pues antes de que lo cantaran estos cordobeses, los señores locutores de la COPE empezaron a debatir sobre que alegato harían para defender que se pudiera cantar en ambos lugares. El pasodoble, realmente trataba sobre el deseo de cantar a sus dos madres (Cádiz y Córdoba) y no poder hacerlo. Al termino, los locutores empezaron a decir que existía mucha hipocresía ya que lo que habían declarado en bambalinas antes de la actuación no s correspondía con lo que habían cantado, llegando a catalogar al Coro de Hipócrita y a mencionar que si es cierto eso que tan bonito habían dicho, haber si era verdad y los veían por las calles de Cádiz cantando. Le recuerdo a estos señores, que este Coro estuvo en la erizada, solo como apunte.

Al término de la actuación, la agrupación salió a la carrera para Córdoba, sin tiempo para realizar declaraciones a quien cubría la información en bambalinas, por que allí, se habían clasificado para la final y querrían llegar a tiempo para poder actuaren la  final de su tierra. Pues este acto, también fue mal visto por estos locutores, volviendo a dar su opinión de que “para eso, mejor que no hubieran venido”.

De la misma manera que el COAC tiene la obligación y el deber de hacer cumplir sus normas, tanto el Coro de Córdoba como la Comparsa, tienen su deber de defender un repertorio en cuartos habiéndose clasificado legalmente. ¿Qué no han cumplido una norma? Que el jurado haga su trabajo, como bien hizo. Pero con la actuación de estos dos grupos se demuestra que hay un vacío muy grande en este artículo y que el único perjudicado es el COAC.

Puedes seguirme en Twitter: @LuisAlguacil

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